Una investigación de microbiología publicada en 2011 por The New England Journal of Medicine halló en una alfombra alrededor de 4 mil veces más suciedad que en un asiento de inodoro, con cerca de 200 mil bacterias por cada 2,5 centímetros cuadrados.

En consecuencia, está demostrado que las alfombras son unos de los reservorios más grandes de bacterias, virus, hongos, diferentes alergenos, ácaros, pelos de animales, polen de los más diversos orígenes, múltiples contaminantes del ambiente, suciedades en los zapatos, etc. que pueden producir los más variados problemas de salud como asma, rinitis, alergias, picazón e irritación en la piel, dermatitis, eczemas, parásitos, entre muchos otros; por lo tanto no es suficiente barrerlas o aspirarlas, ES NECESARIO LAVARLAS y DESINFECTARLAS con frecuencia.

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